TERCERA ETAPA: PONFERRADA – VILLAFRANCA DEL BIERZO

Se permitieron el pequeño lujo de levantarse algo mas tarde que otros días. La última etapa les había dejado con las fuerzas muy justitas, no solo por los treinta y dos kilómetros que habían recorrido, si no por la dureza inesperada que encontraron en la marcha.
El día que ya se levantaba, era una mera etapa de transición, no demasiado larga, y estratégicamente reparadora para las piernas.
Mucha carretera les acompañó durante los primeros kilómetros de la etapa, hasta que se aproximaban a Cacabelos, donde ya empezaron a tomar por sendas y caminos, que aliviaban el calor que ya empezaba a apretar.

El kilómetro 200 lo dejaron atrás, y con el superaron la primera barrera psicológica; ya empezaban una cuenta atrás que tardarían aun 8 largos días en completar.
El día transcurrió bastante tranquilo para los dos peregrinos, por un terreno bastante cómodo y llano.
La presencia cercana de Galicia ya se dejaba notar, pues el camino estaba mejor señalizado y con áreas de descanso expresamente preparadas para los peregrinos.

Fuentes y bancos de madera aparecían cada pocos kilómetros, en medio de un terreno sembrado de vides y huertas, que en un agradable paseo les conduciría a Villafranca del Bierzo.